Descripción de la Fotografía
Descripción de la especie
El más común de nuestros mamíferos salvajes.
Patas delanteras relativamente cortas con respecto a las traseras que son mucho más largas y le permiten desplazarse "gazapeando" cuando está tranquilo o en rápida carrera de saltos cortos.
Cabeza redondeada, con incisivos de raíz abierta y crecimiento contínuo. Ojos grandes y orejas muy desarrolladas que mantiene erguidas en actitud de alerta.
Color gris a veces tirando a castaño claro según épocas y lugares. Vientre siempre blanco puro.
Cuando corre lo hace a saltos y muestra la llamativa mancha blanca que forma la corta cola levantada.
Las plantas de los pies están cubiertas de pelo y deja una huella apuntada donde apenas se aprecian los dedos pero puede marcar las uñas.
El conejo es la presa por excelencia de buena parte de los carnívoros y rapaces del ambiente mediterráneo.
En pocas palabras podemos decir que cuando abundan los conejos el resto de animales que ocupan los escalones superiores de la pirámide trófica tienen muchas posibilidades de mantener poblaciones estables.
Distribución general
Común en toda la Península Ibérica excepto la Cornisa Cantábrica y los ambientes por encima del piso mesomediterráneo.
Actualmente las poblaciones están muy condicionadas por la persistencia de las enfermedades; Enfermedad hemorrágica vírica y Mixomatosis. Ambas producidas por virus, pueden ser tan virulentas como para producir la desaparición local de la especie.
Se han realizado repoblaciones con animales vacunados contra estos virus dando lugar a poblaciones en expansión.
Hábitat
Fundamentalmente campiñas, matorrales, encinares con claros, en laderas soleadas.
Muy querencioso de los pastizales y claros soleados entre el bosque y el matorral.
Siempre en lugares de temperaturas suaves, habitualmente en el piso Meso y Termomediterráneo. Escaso en el Supramediterráneo.
Comportamiento
Habitualmente nocturno en zonas en que sufre la presión cinegética.
De gran capacidad reproductora, en condiciones de falta de predadores es capaz de alcanzar superpoblaciones localmente, produciendo daños agrícolas cuando no es atacado por las enfermedades.
Vive en madrigueras que excava en suelos poco pedregosos y disponen de numerosas entradas a veces protegidas bajo la vegetación arbustiva.
Al caer la tarde sale a comer, excavando para descubrir raíces y comiendo tallos de todo tipo de vegetales, incluso cortezas de frutales cuando escasea la hierba.
Se mantiene activo especialmente al anochecer y amanecer.
Utiliza letrinas exteriores a la madriguera donde encontraremos heces redondas verdes a negruzcas, según su antigüedad, con restos de fibras vegetales.
Usa caminos establecidos para alejarse de la madriguera, raramente más de 200 metros.
Es de destacar el gran mimetismo con el paisaje que le da el pelo grisáceo de los costados, cabeza y dorso. De hecho la mancha blanca en que se transforma cuando huye no es sino una llamativa señal de alarma para sus congéneres.
Localización en Granada
Común en toda la provincia aunque en general escaso.
Sierra de Lújar, Los Guájares, Sierra de Alhama, Almijara y Tejeda, partes bajas de Sª Nevada, Contraviesa, etc...
Especies similares
Puede confundirse con la
liebre, si bien esta es más grande, de color rojizo terroso, nunca vive en madrigueras, y cuando corre muestra las orejas levantadas y aplastadas contra el lomo alternativamente. Cuando las levanta, se ven blancas y mucho más grandes que las del conejo. Podemos encontrarla en bosques hasta los 2.000 m.s.n.m.
Estatus
Muy complejo. En zonas en que se han introducido por razones cinegéticas animales vacunados contra los virus que les atacan tienen poblaciones crecientes que llegan a producir daños en la producción agrícola.
En zonas donde no se le ha prestado atención a su conservación está en muy escaso número, incluso cerca de la extinción local. Dada su importancia como recurso trófico (alimenticio) fundamental de carnívoros y rapaces tiene gran importancia cuidar la conservación de poblaciones sanas de esta especie.
Importancia de la especie
Hablar de que una especie es más importante que otras es evidentemente solo una forma de llamar la atención, no un concepto biológico. Lo cierto es que como hemos comentado, "todo el mundo come conejos".
Como en su día dejó descrito el insigne José Antonio Valverde, impulsor de la Estación Biológica de Doñana y corresponsable con otros de que hayamos podido disfrutar de este excepcional espacio natural, la pirámide trófica de lo que llamamos Monte Mediterráneo está en buena medida basada en el conejo. Predan sobre el conejo como presa principal rapaces diurnas y nocturnas, cánidos, félidos, mustélidos, vivérridos, hasta omnívoros como el jabalí comen gazapos.
Cuando abunda el conejo, especies tan especialistas como puede ser el Aguilucho lagunero, predador de aves acuáticas por excelencia, se especializa en cazar conejos dejando de lado sus teóricas presas favoritas. (Observación del autor).
Tiene esta especie una capacidad reproductiva que le permite rápidos aumentos de población aprovechando la abundancia de recursos tróficos (pastos) y que aporta a los predadores presas fáciles en plena primavera cuando necesitan alimentar y enseñar a cazar a sus crías.
No debemos olvidar que los animales salvajes necesitan por encima de todo dos cosas esenciales para mantener su poblaciones; refugio y alimento.
Cubrir estas necesidades es primordial, pero si el alimento es escaso, o no tienen espacio donde vivir porque lo hemos transformado, es imposible que tengan estabilidad temporal.
Viendo la escasez actual de conejo en la mayor parte de la provincia de Granada nos sorprende no ver en el campo el desarrollo de un plan de repoblaciones perfectamente planeado para recuperar poblaciones de la especie en lugares en que está prácticamente desaparecida.