Los Robles melojos son
árboles de
hoja marcescente, especialmente los pies jóvenes. En el Otoño no terminan de tirar completamente las
hojas, por lo que no pueden considerarse como
árboles de
hoja caduca "sensu stricto". Aún no está resuelto el misterio de la
marcescencia, no está claro cuáles son las ventajas que aporta la misma. Una de las hipótesis es la de proporcionar protección durante el invierno a las
yemas de las que saldrán las nuevas
hojas, otra teoría habla de la mejora que supone el que las
hojas no sean dispersadas por el aire y se acumulen en abundancia al pié del
árbol, lo que proporciona una mayor capacidad de retención del agua y aporta al suelo una buena cantidad de
materia orgánica. Pueden alcanzar hasta los 20 metros de altura.